La Santa Doctrina de la seducción nos instruye, una y otra vez, en el arte de “hacer” cosas: abrir, impresionar, deslumbrar, hablar, mirar, tocar, besar, recitar, saltar, hacer piruetas, hacer el pino puente y parecer el tío más guay del planeta tierra…pero se olvidan de lo más importante: ESCUCHAR.
Parece que es necesario ser Einstein, y tener un MBA en Harvard para darse cuenta de esta perogrullada. Es algo que nadie hace. Y es algo que nadie enseña. Deberían hacer cursos única y exclusivamente dedicados al arte de escuchar a los demás.
A menudo escuchamos aquello de: el objetivo de la seducción es conseguir que ella invierta. Eso está muy bien, en teoría, pero no sé muy bien cómo esperan los aprendices de las artes amatorias que la chica invierta si ellos no están escuchando. Es como si yo le grito a alguien con un megáfono en el oído y espero que, mientras lo hago, la otra persona me cuente qué tal ha pasado el día.
Nos pasamos la vida hablando de nosotros y pensando que somos el centro del universo. Pero eso no es Alfa. El ser humano está pensado para vivir en tribus. Y una tribu jamás tendrá éxito si los miembros de la misma no se escuchan entre sí. Es una habilidad que debería ser natural en los seres humanos, pero que tenemos totalmente reprimida.
La gente no escucha. Por cierto, que no es una cosa que pase sólo en la seducción. Es algo que pasa en todas las facetas de nuestra vida. Y, como dije antes, poco éxito se puede tener en la vida si sólo prestamos atención a nuestras ideas y nunca tenemos en cuenta las ideas y las experiencias de los demás.
De nada sirve hacer una entrada espectacular si la chica percibe que no estamos ahí para disfrutar de su compañía. Eso es muy desagradable para ella y no se va a sentir especial. Por el contrario, va a sentir que estamos ahí para alimentar nuestro ego, y no para interactuar.
Interactuar es algo FUNDAMENTAL. Tiene que ser algo de dos.
Pocas cosas hay más agradables para un ser humano que sentirse escuchado. A TODO el mundo le gusta sentirse escuchado, independientemente del sexo, raza o condición.
Algunas mujeres pueden ser tímidas. Pueden darnos a entender que no quieren hablar de sí mismas. Pero os garantizo que eso ocurre por miedo. Tienen miedo al rechazo, miedo de mostrar sus pensamientos y sus emociones. A veces es un simple problema de confort. Pero, en el fondo, están deseando sentirse escuchadas.
Hay que entender que ellas al principio no nos conocen. Y no saben qué tipo de chicos somos. No saben cómo las vamos a tratar. Es nuestra OBLIGACIÓN hacerlas sentir cómodas. Y es nuestra obligación conseguir que cojan confianza y pierdan el miedo a contarnos cosas.
Para esta tarea voy a dar dos consejos que, para la gente de la Santa Doctrina, pueden ser, quizá, los dos conceptos más radicales, desafiantes, transgresores y rompedores de la historia de la Seducción. Aún así, haciendo un alarde de valentía, los voy a decir. Si queremos que la chica nos cuente cosas basta con:
1- PREGUNTAR.
2- CALLARSE Y ESCUCHAR.
¡Para poder escuchar, hay que callarse primero!
Es imposible escuchar si estamos hablando de nosotros mismos. Y es imposible que ella hable si no nos interesamos genuinamente por lo que la chica nos está contando. La actitud de “yo-mi-me-conmigo”, es garantía fracaso.
Cuando alguien nos pregunta si sabemos escuchar automáticamente diremos: “Sí, por supuesto”. Pero hagamos la prueba del algodón:
Cuando alguien te cuenta algo, ¿estás pensando en tu opinión, en tu experiencia al respecto, en cómo has vivido tú algo parecido, o realmente estás interesado en lo que les ha pasado a ELLOS?
¿Son para ti las pausas las oportunidades perfectas para poder dar tu opinión?
¿Estás preparando tu respuesta mientras la persona habla?
Cuando alguien nos habla de ellos, nos están abriendo, aunque sea una rendija, a la puerta de su mundo. Si en la conversación sólo estamos centrados en nuestro interés y en hablar nosotros, jamás descubriremos que hay al otro lado de la puerta.
Un tema interesantísimo. No sólo es bueno que nos lo recuerdes, también lo es el que pensemos, como dice Traviesa, en si realmente sabemos escuchar e incluso entrenarnos a escuchar mejor.
¿QUÉ es lo que me está contando? ¿POR QUÉ me lo está contando? ¿CÓMO SE SIENTE sobre aquello que está contando? ¿QUÉ ESPERA de mí?
A veces la otra persona nos cuenta una cosa pero tal vez lo hace por una razón diferente al tema que trata o por las emociones que está viviendo en ese momento.
Un fallo típico de comunicación entre hombres y mujeres (y no hablo necesariamente de seducción ni de Avens) es que la mujer cuenta algo respecto a un problema y el hombre trata de darle una solución. A priori parece lógico, pero tal vez la mujer tan sólo necesita sentirse escuchada y saber que alguien comprende sus emociones. En cambio el hombre, se frustra buscando soluciones para los problemas lógicos, sin reparar en que más allá de estos hay una necesidad emocional.
He puesto un caso típico entre hombres y mujeres, por ser esta una web dedicada a comprender mejor al sexo opuesto, pero como ya ha comentado Álvaro, lo deberíamos aplicar en muchos ámbitos de nuestra vida, siempre que nos comuniquemos con los demás. Gracias por recordárnoslo.
Y ya que dices eso Dantza, también es bueno que me recuerdes a mí, como mujer, que cuando los chicos que me cuentan algo, muchas veces no necesitan ese apoyo emocional, sino una conversación con soluciones prácticas. Así estamos todos contentos 🙂
Y que razón teneis!, pués las mujeres necesitan sentirse comprendidas y valoradas muchas veces porque tenemos la mala costumbre por parte de los hombres en fijarnos en su belleza externa en lugar de comprender qué sienten y cómo se sienten. Las personas actuamos de determinadas formas debido a nuestras emociones, pero en el fondo TODOS tenemos el deseo de sentirnos importantes por eso es tan necesario escuchar y valorar lo que dice la otra persona. Y como dice Traviesa, nosotros los hombres preferimos soluciones prácticas más que ser escuchados, somos así que le vamos a hacer jeje.., un abrazo!
Efectivamente somos muy distintos. Aunque el sentirnos escuchdos y especiales es algo que nos gusta a todo el mundo.
Para los que quieran profundizar en este tema, recomiendo dos libros muy buenos (sobre todo el primero):
– Cómo hacer amigos e influir en las personas (de Dale Carnegie).
– Los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus
El de Dale Carnegie es de lectura obligada. Con él, tendremos el 50% del camino andado en la interacción con una mujer.
Muchas gracias a todos por los comentarios.
Un saludo
Álvaro Tineo
Creo tienes razon en cierto sentido, pero debemos tener cuidado pues la realidad es compleja y tu consejo no es lineal: Es decir, me parece que el sentido de escuchar todo, absolutamente todo lo que ella dice no es necesariamente lo correcto (Y no digo que tu lo hayas señalado, simplemente muchos lectores pueden interpretarlo de esa manera).
A veces las personas pueden hablarte de cosas superficiales que terminan por estancar la conversacion. En ese caso debes empezar a hablar tu mismo a partir de lo que sientas en ese momento. Y es que justamente el sentirse escuchado tiene que ver con expresar lo que sentimos y que esos sentimientos sean escuchados.
Con respecto, a lo otro que señale (cuando la otra persona habla de cosas superficiales y cuando yo no deseo escucharla prefiero cambiar la conversacion a partir de lo que yo siente en ese momento), tiene que ver más con un aspecto de juego interno, lo cual ya es otro tema aparte.
Es tremendamente sencillo pero que dificil de recordarlo y aplicarlo, los hombres nos orientamos a lo práctico, a la búsqueda de soluciones para los problemas y ellas a los sentimientos y emociones detras de todo lo que les pasa…
Por qué será que siempre se nos olvida…??
Totalmente de acuerdo. Unas preguntas de lo más acertadas, Traviesa. Un abrazo