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Como cada miércoles, hoy os voy a hablar de otro gran seductor: mi amigo Carlos.
Carlos es un amigo mío del instituto, que es como un niño travieso de 27 años. Podríamos decir que Carlos es una especie de Spiderman, porque NO PARA QUIETO. Hay gente que no para intelectualmente (alguien hiperactivo), pero Carlos no para físicamente.

Tiene un gran corazón, pero es un TRASTO, con todas las letras. Siempre está enredando en algo, y cuando estábamos en el instituto era igual.
Recuerdo que cuando estábamos en el recreo, lo mismo se ponía a correr, que trepaba una pared, se colaba en un cuarto por la ventana, o se subía a un árbol y se escondía ahí para no ir a clase. Sé que parece de película pero es tal cual lo estoy contando.

El resumen de Carlos sería: Spiderman + chico malo (aunque no mucho) + niño

Os aseguro que es una combinación increíblemente atractiva.

Carlos necesita hacer cosas con su cuerpo. Ha hecho breakdance, baloncesto, escalada, paracaidismo, maratones, senderismo y toda clase de aventuras físicas durante toda su vida. ¡Mi padre decía que tendría que haber sido trapecista!

Carlos tiene en común algunas cosas con Iván, porque los dos necesitan la aventura. Pero donde Carlos busca la aventura física, Iván busca la intelectual. Carlos no tiene el toque interesante que tiene Iván, pero en cambio tiene un toque de niño entrañable, y divertido, que le hace muy irresistible.

Carlos siempre estaba haciendo lo prohibido. Fue el primero en saltarse las clases, el primero en robar exámenes, el primero en fumar, en beber, en perder la virginidad, etc. Recuerdo que todos los lunes, venía a clase con una historia increíble de lo que había hecho el fin de semana. Y lo peor es que las historias eran ciertas. Bastaba decirle “¿no te atreves?” para que hiciera casi cualquier cosa.

Se ha pasado la mitad de la vida haciendo trastadas y la otra mitad contándolas.
Hasta ahora he hablado de seductores muy brillantes y muy originales, pero Carlos no es así para nada. Carlos no es especialmente inteligente, ni brillante. Al contrario. Es muy sencillo. Pero esa aventura y fuerza física, le hace ser muy líder.

Él nunca se acerca a las chicas. Nunca hace nada directamente. Pero SIEMPRE organiza algún espectáculo improvisado que llama la atención de todo el mundo y organiza un corro a su alrededor. Ya sea haciendo algo, o contando alguna historia increíble de algo que ha hecho. Sus historias son casi tan entretenidas como ver cómo lo hace en directo. Yo siempre recuerdo a Carlos hablando y contando una historia rodeado de gente que estaba escuchando. Siempre. Lo cual, ahora que he estudiado dinámicas sociales, me parece absolutamente espectacular.

Carlos tenía éxito en parte por el fenómeno del cotilleo. Todo el mundo hablaba de él. Lo que hacía y lo que contaba era tan espectacular que sus aventuras eran el principal tema de conversación. Eso hacía que fuera totalmente la estrella, pero sin hacerlo adrede.

Como anécdota diré que, en el instituto, de 16 chicas que había en clase ¡se lió con 10! Y con las otras 6 no se lió porque a él no le gustaban. Pero estaban todas detrás suyo. En su pueblo lo mismo. Cada semana se liaba con varias chicas nuevas, todas espectaculares. Y nunca hacía nada por ligar. Simplemente era fiel a su aventura constante y se convertía en la estrella de la fiesta. Las chicas se acercaban a él siempre.

Hoy día es igual que cuando tenía 16 años. Y sigue ligando exactamente igual. Sin hacer nada, pero siendo una aventura constante que hace de él algo excitante, impredecible y alocado.

P.D. Siento el retraso en la publicación del artículo, pero es que he estado de viaje el puente y se me había acumulado mucho trabajo.