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En el primer artículo de esta sección dije que lo más interesa a una persona es hablar de sí mism@. Es decir, que si queremos que una persona esté ENCANTADA hablando con nosotros, no tenemos que hacer otra cosa que centrar la conversación en la otra persona.

Pues bien, otro recurso importantísimo que debemos tener es el de hablar sobre cosas que tengan relevancia emocional. Una conversación interesante no se consigue a base de frases racionales. Ni siquiera se consigue gracias a enunciados realistas y rigurosos. Al contrario. Una conversación interesante se genera precisamente por lo contrario: enunciados subjetivos y totalmente emocionales.

Se podría decir que siempre que una conversación se centre en la otra persona y tenga un carácter emocional…la otra persona estará totalmente encantada y ENGANCHADA a la conversación. Porque lo importante en esta vida no son los hechos, sino cómo nos sentimos con respecto a ellos.

Lo interesante no es que nuestro amigo haya discutido con su hermano. Sino cómo se siente él con respecto a eso…cuáles son sus percepciones, sus miedos, sus ideas…y, quizá, qué soluciones o cambios tiene pensado tomar. Los detalles de la “discusión” sólo deberían preguntarse cuando tengan interés emocional.

Y esto tiene una razón evolutiva. Está demostrado que el ser humano se guía por motivaciones EMOCIONALES e instintivas. Jamás por decisiones racionales. La razón sólo es una herramienta, pero las decisiones se toman en partes mucho más primitivas del cerebro.

Un problema que tenemos el género masculino, es que por nuestra educación, tenemos la errónea idea de que nuestra mente racional es la que es interesante/relevante. Nos centramos en los hechos en vez de en las emociones. Pero es que, incluso hablando con otro hombre, la conversación será muchísimo más profunda e intensa si conseguimos hablar de forma emocional, en vez de hacerlo de forma racional. Porque como digo, nuestras motivaciones son SIEMPRE emocionales.

Soy consciente de que muchísimos gurús hablan de la relevancia emocional…y en este caso, he de decir que tienen TODA la razón. La relevancia emocional es FUNDAMENTAL.

Tenemos que intentar que la otra persona hable de sí misma y de sus EMOCIONES. Pero esto no siempre es fácil, bien porque sea una persona tímida, con miedo de abrirse, o bien porque no esté acostumbrada a hacerlo. Nuestra obligación es conseguir que esa persona esté cómoda y relajada hablando sobre sí misma.

¿Y cómo se consigue esto? Dando nosotros el primer paso y hablando de NUESTRAS emociones. Contando nuestras inquietudes, o nuestros miedos, o nuestras alegrías. Dando información sobre cómo nos sentimos la otra persona inmediatamente nos percibirá como alguien cercano, en quien poder confiar. Y, cuando luego nosotros, nos interesemos por sus emociones se sentirán mucho más cómod@s para contárnoslas.

Así que, recuerda. Este es el otro pilar fundamental de una conversación interesante: hablar sobre las emociones.