Al igual que un coche necesita aceite, una conversación necesita sentido del humor. El humor es el lubricante de una interacción; es lo que hace que la conversación fluya suavemente y que se genere un clima de distensión, relajación y confianza.
Evolutivamente hablando, el humor es muy importante porque tiene la función de demostrar que no somos peligrosos. Una interacción sin humor, en la que estemos todo el rato serios…transmite amenaza y posibilidad de ataque. Por el contrario, el humor distiende esta imagen generando una sensación de paz y tranquilidad en la que nadie corre peligro. Digamos que nuestro cerebro nos dice que si estamos riéndonos y gastando bromas, nada malo o peligroso puede pasar.
Y esto es especialmente importante si estamos ante una mujer, ya que para ella, será más peligroso estar en una situación amenazante, por ser, físicamente, menos fuerte que el hombre.
Por si esto fuera poco, la risa libera endorfinas, que vienen a ser como una súper droga natural que libera nuestro cerebro y que nos hace sentir de maravilla. Los efectos de la liberación de endorfinas se han llegado a equiparar, según los científicos, a los producidos por la morfina. Y en muchos hospitales se utiliza la “risoterapia” (terapia basada en hacer reír) para ayudar a enfermos con dolores crónicos a tener menos sensación de dolor. Es decir, que haciendo reír estamos ayudando a la otra persona a tener una experiencia a nuestro lado muy placentera que hará que esa persona tienda a querer estar con nosotros. Hacer reír, hace de nosotros personas “adictivas” en un buen sentido.
Así mismo, el sentido del humor ofrece muchas salidas suaves e indoloras a situaciones sociales incómodas…Y cuando hacemos esto, estamos demostrando muchísima inteligencia social. Si, por ejemplo, estamos charlando con una chica y, de pronto, nos damos cuenta de que la estamos mirando demasiado…una frase del tipo “Vaya, me he quedado embobado mirándote, la próxima vez que me pase, ¡haz el favor de pegarme una bofetada!”, conseguirá reducir la tensión y relajar la interacción de una forma muy Alfa e inocua.
Por último…es fundamental que seamos capaces de reírnos de nosotros mismos. Esto demuestra dos cosas:
- Que nuestra autoconfianza es tal que no tenemos miedo de reírnos de nosotros mismos de vez en cuando…porque tenemos abundancia de seguridad para hacerlo. Sólo alguien con mucha confianza en sí mismo se permite el lujo de reírse de sus errores.
- Que no estamos obsesionados con gustarla. Reírnos de nosotros mismos es una buenísima forma de “autodescualificarse”, es decir, de demostrar que NO queremos impresionarla. Si ella, por ejemplo, nos insinúa que somos despistados…una muy buena respuesta sería decir algo como “sí, tienes toda la razón, de hecho, ahora que lo pienso creo que se me ha olvidado tu nombre….eras Clotilde, ¿no?”.
Así que recuerda. El humor es muy importante, no dudes en utilizarlo.
Nuevamente aciertas señalando puntos clave.