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Mi personalidad es lo que yo soy como ser humano. Es lo que trabajo día a día y lo que tengo para enfrentarme a la vida y vivirla plenamente. Mi actitud es la forma en la que yo expreso esa personalidad en cada momento.

La personalidad debe ser una máquina compleja y capaz de dar mil matices distintos, de interpretar las cosas de mil maneras y de adaptarse al mundo que nos rodea en cada momento y según la situación. La actitud es la forma en la que nuestra personalidad se está adaptando al entorno AHORA.

La actitud cambia, la personalidad no. Y por cambiar nuestra actitud, jamás estaremos cambiando nuestra personalidad.

El ser humano ha nacido para ser adaptable, es decir, para saberse amoldar a cada situación y cambiar su actitud en función de lo que esté ocurriendo a nuestro alrededor. Hace cientos de miles de años, el ser humano sobrevivió precisamente por eso: sabía adaptarse a sus iguales y era capaz de adaptar sus emociones y actitudes al medio con mayor precisión de la que lo hacían los animales. Un perro sólo sabe comportarse de 3 o 4 formas distintas: se pone agresivo, está calmado, está ansioso o sumiso…poco más puede hacer. Con esos 4 o 5 modos de conducta, su capacidad de amoldarse al medio es muy limitada. El ser humano, sin embargo es capaz de generar cientos de emociones, estados y actitudes, con mil matices distintos para cada situación. Eso es lo que nos hace poderosos como especie.

Cuanto más seamos capaces de diferenciar situaciones y cambiar nuestra actitud respecto a ellas…más éxito tendremos en la vida. La persona que siempre hace lo mismo y siempre se comporta de la misma forma, es la que fracasa. En la adaptación está el camino. Esa es una regla clave en los organismos vivos.

Cuando estamos delante de una chica que nos gusta, debemos adaptarnos a ella. No vamos a dejar de ser nosotros mismos por hablarla de una forma u otra. Nuestro interior será el mismo.
Habrá mujeres con las que tengamos que ser más duros, otras con las que tengamos que ser excesivamente respetuosos, unas con las que habremos de tomar la iniciativa y algunas con las que tendremos que dejarnos llevar más.

Habrá personas a nuestro alrededor que sean alegres, otras que sean serias, etc. Cada persona es un mundo y con cada una de ellas deberemos comportarnos de una forma distinta. Esa es una habilidad que hay que entrenar: la adaptabilidad social. Para muchas personas esto es sinónimo de educación (cosa que ya comenté en un artículo reciente). Una persona educada es aquella que es capaz de adaptarse a todo el mundo, caer bien y generar un clima de armonía a su alrededor.

No estoy hablando de ser una persona servicial ni sumisa, estoy hablando de educación y adaptabilidad. No tiene nada que ver con sumisión. Se puede ser perfectamente adaptable pero no ceder nunca ante una situación que nos guste o que no nos apetezca hacer. Como digo, una cosa no tiene nada que ver con la otra.