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A menudo se plantea la duda de si tenemos que mostrar nuestro interés directamente al hablar con una mujer, o si, por el contrario, tenemos que actuar desinteresadamente al principio para demostrar que no nos impresiona su belleza y que lo que buscamos es conocerla como persona.
A una mujer le da igual que mostremos el interés antes o después. Lo que verdaderamente importa es que seamos sinceros y congruentes con nuestra personalidad y que no tengamos miedo de liderar y darle emoción a la interacción cuando sea necesario.

Una vez más, partamos del enfoque que partamos… se trata de demostrar que no tenemos miedo, ni necesidad. Cualquier fracaso en la vida se debe, básicamente a estas dos emociones: el miedo es lo que nos impide hacer lo que deberíamos estar haciendo… y la necesidad es lo que nos hace hacer cosas que NO deberíamos estar haciendo. El miedo nos frena. La necesidad nos acelera. Cuando no tenemos ninguna de las dos actuando es cuando estamos perfectamente equilibrados.

Ella necesita saber que no tenemos miedo de liderar de vez en cuando. No hace falta que lo hagamos en todo momento, al contrario. Pero habrá momentos en los que se nos requiera demostrar que no tenemos miedo ni de dirigir, ni de avanzar. Tu función como hombre se basa en ser valiente, valioso y decidido. Es una actitud ante la vida. Ella necesita percibir esa valentía en ti.

Basarnos en el método indirecto, no significa ser pasivo. TODO LO CONTRARIO. Del mismo modo, mostrar nuestro interés directamente (método directo) no implica mostrar necesidad, ni regalar. Muestres interés o no al principio, ella necesita que actúes con decisión, y que no tengas miedo de dirigir la interacción, aunque no estés mostrando interés concretamente por ella. Debes ser siempre un líder. No hace falta mostrar interés para ser un buen. Y eso es lo que ella necesita. No necesita métodos, sino una personalidad fascinante y única. Y eso depende SÓLO de ti. Tú tienes todo lo necesario para tener esa personalidad poderosa.

Si diriges en TODO MOMENTO, mostrarás debilidad porque entonces estarías “presionando” y no liderando. Recuerda que debes encontrar un equilibrio entre no-miedo, y no-necesidad. Si presionas, es necesidad. Si no te atreves a liderar, es miedo. Céntrate en tener a raya esas dos emociones.

Y no sólo esto es importante por el impacto que podamos crear en una mujer. Controlar y superar nuestros miedos, y eliminar nuestra necesidad, en la vida es algo fundamental para tener una vida plena y feliz. Es imposible ser feliz en una vida llena de miedos e inseguridades. No es casualidad que ellas rechacen esos rasgos. Son rasgos de debilidad, sea como compañero, o como rasgos personales. Y todos los esfuerzos que hagamos por superar esas dos emociones, serán recompensados con un camino vital maravilloso.

Recuerda que antes de gustarla a ella, tienes que gustarte a ti mismo, estar orgulloso de lo que eres y no tener miedo de dirigir o liderar una interacción hacia lo que tú quieres. Te mereces tener éxito. No tengas miedo de conseguirlo. Tú eres el dueño de tu vida y tendrás en ella lo que te atrevas a intentar. Avanza, pero no presiones. Encuentra tu equilibrio, tu paz interior, tu mejor versión de ti. Equilibra tu vida y tus emociones. Ahí está tu verdadero poder como hombre.