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Los que me conocen saben que me encanta la música de los años 60. Y el otro día hablando con una amiga le pasé un par de vídeos de este niño coreano que es IMPRESIONANTE: Shunga Jung. Sin tener en cuenta que es un niño, el tío ya toca de maravilla… pero es que si además tenemos en cuenta su edad, entonces ya podemos caernos para atrás directamente. Menuda bestia. Y precioso el arreglo de guitarra para este temazo de Paul Simon.

Una vez más, tenemos un ejemplo de lo importante que es la innovación. Con una guitarra y un tema de los años 60 hecha de forma original, por un niño (algo nuevo totalmente, ahí está la innovación), se puede dar la vuelta al mundo y hacerse famoso. Incluso en la categoría de “niños prodigio” destaca el que encuentra lo que le hace único.

No se trata de ser el mejor, sino de ser único.

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