Hace algunas semanas, un lector del blog me pidió que hablara sobre las rutinas de seducción y su relación con el Juego Interno. Pues bien, voy a dar mi opinión al respecto.
Una rutina de seducción consiste, básicamente, en memorizar conversaciones interesantes que contar a las chicas para impresionarlas y crear atracción con ellas. Hay rutinas de todo tipo, pero la mayoría son formas encubiertas de fardar para proyectar una personalidad interesante-alfa.
A mí, personalmente, no me gustan las rutinas por varios motivos:
1- Si gustas a una mujer por utilizar una rutina… antes o después ella descubrirá que tu pose era falsa y que no eres como creía. Y eso le hará perder interés en ti.
2- No me parece ético vender una imagen que no eres a una mujer. Estoy bastante en contra de todo lo que tiene que ver con el engaño y la manipulación.
3- Las rutinas no son tan fáciles de hacer. Lleva tiempo memorizar las frases. Y yo me planteo… ¿no será más útil dedicar ese tiempo a trabajar nuestra verdadera personalidad?
4- Imagina que la rutina te falla… ¿no te frustará pensar que si hubieras sido tú mismo hubieras podido tener éxito?
5- El usar rutinas subcomunica a tu mente que tú no tienes cosas suficientemente buenas como para gustar a una mujer por ti mismo. Y eso, a la larga, va minando tu autoestima.
Ahora bien, hay una excepción a la que considero que debemos prestar atención al considerar el tema de las rutinas y es cuando trabajamos alguna habilidad nueva, por primera vez. Si la rutina no se usa para conseguir resultados de una chica, sino para ayudarnos a trabajar una habilidad nueva, que vamos a aprender poco a poco y que estamos afrontando por primera vez, entonces sí me parece un buen recurso. Por ejemplo, si aún no hemos practicado el iniciar conversaciones desde cero, hasta que estemos cómodos haciéndolo, puede ser buena idea utilizar alguna frase para romper el hielo y perder la vergüenza mientras nuestro cerebro se suelta para hacerlo él mismo. E incluso un chiste puede memorizarse en un momento dado y eso no me parece mal. A esto yo no le llamaría “rutinas” porque no son guiones, sino pequeñas frases para romper el hielo ante momentos de tensión.
Y estos recursos recomiendo usarlos sólo bajo las siguientes circustancias:
– No memorizamos mucho texto, sino sólo algunas pequeñas frases guía para romper el hielo o silencios incómodos.
– No lo hacemos para conseguir resultados, ni para gustar a una chica, sino para trabajar nuestras habilidades.
– Tendrán siempre carácter transitorio y su finalidad será, únicamente, ayudarnos a desarrollar nuestras habilidades, y no basaremos jamás nuestra personalidad en ello. Ni intentaremos fardar de algo que no somos.
– Habrán de ser frases que vayan con nosotros, que sean divertidas y que no tengan mucha duración. De modo que, aunque sea algo memorizado, siga siendo parte de nuestra personalidad y no ocupen más que una pequeñísima fracción de tiempo.
En este contexto sí que puede ser bueno memorizar alguna frase guía por si nos quedamos en blanco o por si nos viene grande empezar a desarrollar alguna habilidad desde cero. Pero será siempre con carácter transitorio, jamás permanente.
Muy buen aporte Alvaro, estoy de acuerdo contigo, pero quisiera añadir algo más.
El problema de una rutina, no está en la rutina en sí misma, sino en no saber aprovecharla para uno mismo. Me explico.
Las rutinas, a nivel superficial, tienen una estructura, cuentan una historia o tienen alguna gracia.
Una persona usa esa rutina de forma natural, porque es un vestido que ha puesto a esa rutina y sabe cómo sacarle brillo. Sabe aprovechar bien la rutina porque va mucho con su verdadera personalidad.
El problema viene cuando intentamos copiar la personalidad de otro, es ahí cuando todo el castillo se viene abajo. No sirve de nada tener un pedazo de rutina, un pedazo de castillo montado en cuatro palillos de madera como pilares.
El secreto está en la esencia que guardan todas esas rutinas y moldearlas a nuestro gusto. Es decir, si la historia que estás contando no te gusta porque es mentira y no va contigo, cámbiala por algo que a ti te venga bien y sepas cómo usarlo.
De nada sirve poner un envoltorio tan bonito, si luego no hay nada dentro para saborear. Es como si te dieran un “regalo”, un pedazo de caja, todo muy bonita, y tu piensas: Ala qué pedazo regalo. Luego ves que no hay nada y te vienes abajo y sobre todo te peleas con quien te ha metido ese regalo por el culo y sin vaselina.
El problema no es la rutina en sí, sino en lo mal que usamos dichas rutinas para nuestro propio beneficio. Yo estoy cada vez puliendo más el juego directo, soy como el Madrid, no me gusta el estilo del barça que es marear a su presa hasta cansarla y meterle el gol. Me gusta en tres palabras llegar a su alma, me gusta el juego del franco tirador, tirar con bazucas, partirme la cabeza a la primera de cambio, jugar al todo o nada. Me gusta eso porque sé jugar con eso y no soy nada natural cuando juego de manera indirecta y por lo tanto me fijo en rutinas que tengan que ver con el juego directo.
Si veo alguna que me venga como anillo al dedo, no copio la rutina al pie de la letra, sino que la modifico respecto a mi personalidad y a partir de ahí, uso mi propio juego.
Bueno, si no estáis de acuerdo, aquí estamos para debatir, jaja. Un saludo a todos.
Vive! nadie es perfecto…
Totalmente de acuerdo, Josemi, muy buena reflexión!!!