El hombre es un ser sexual por naturaleza. Es parte de lo que somos como especie y debemos aceptarlo cuanto antes. Negar esta realidad nos hará fracasar en todas nuestras relaciones y nos hará tener una vida muy desdichada. No podemos ser felices si reprimimos constantemente nuestra parte sexual, al estar delante de una mujer.
La sociedad provoca que muchos hombres se nieguen a sí mismos su identidad sexual… y, como contrapartida, para evitar esto, muchos libros de seducción han acabado consiguiendo lo contrario: que el hombre se convierta en una presa de sus instintos más primarios. Nos movemos por extremos y así es imposible ser feliz.
En mi opinión, la mayoría de hombres acaban entrando en uno de estos dos arquetipos:
1- O bien están sexualmente frustrados y reprimen completamente su identidad sexual para “agradar” y ganar la aprobación de las mujeres como simples amigos.
2- O bien utilizan su sexualidad para controlar y someter a las mujeres de una forma machista. Viéndolas únicamente como objetos sexuales.
Ambos extremos me parecen muy nocivos y creo que todos deberíamos aprender a encontrar un término medio entre ambas posturas. Es imposible ser feliz si no tenemos una profunda y sana identidad sexual que nos defina y nos permita expresarnos abiertamente cuando estemos con una mujer que nos guste, sin que ello signifique que mostremos necesidad o que sobresexualicemos la interacción.
Como tantas cosas en esta vida, para conseguir el éxito “externo”, antes debemos encontrar un equilibrio interno.
Ese equilibrio está en conseguir expresar lo que nos gusta de ella, lo que nos apetece hacer con ella, e incluso directamente hacerlo (si el momento es adecuado)… pero sin caer en el error de “cosificar” a la mujer y verla como un objeto externo y pasivo. Si conseguimos mantener el mismo cariño y respeto que tenemos con ella “sin sexualizar”, al hacerlo… es cuando estaremos encontrando exactamente ese punto de equilibrio.
Sé que esto es más complicado de lo que aquí digo, pero todo lo que invirtamos en sacar nuestra parte sexual sana y natural en nuestra vida diaria, repercutirá en nuestra calidad de vida, nuestra salud y nuestro bienestar.
Aún así, como sé que es un tema muy vago, en el próximo artículo haré una segunda parte dando algunos consejos prácticos de cómo ir trabajando esto en el día a día.