Tu relación con las mujeres no es algo superfluo. No es poco importante. Lo que tú haces en esta vida, la forma en la que te relacionas con los demás, importa. Tú importas, tu vida importa. Importa mucho lo que pones en este mundo.
Tu relación con las mujeres es y será siempre una proyección de lo que tú eres internamente. Por cómo un hombre trata a una mujer, se puede saber perfectamente el tipo de hombre que es, y por lo mucho o poco que un hombre es capaz de hacer sentir a una mujer, también.
Si hay cosas que fallan en tu relación con las chicas es porque hay algo que no está bien internamente. Eso no se cambia por salir a ligar mucho los viernes por la noche.
Tu autoestima… tu identidad… tu seguridad en ti mismo… tu capacidad de empatía… tu misión en esta vida… no se va a arreglar porque aprendas trucos o rutinas para seducir mujeres.
Vamos a darle de una maldita vez importancia al hecho tener una vida noble y cargada de sentido. No frivolices tu relación con las mujeres y no te metas a ligar para evadir tus inseguridades. No necesitas eso para ser feliz. Tus problemas no se van a arreglar por conocer o besar o acostarte con muchas chicas.
Pretender solucionar tu relación con las mujeres con técnicas de seducción es igual de ridículo y vergonzoso que intentar curar un cáncer con aspirinas.
No aceptes soluciones pasajeras. No uses la seducción como una droga con la que evadir tus problemas. Toma las riendas de tu vida y lucha por tu felicidad. Por tener una relación sana con las personas que te rodean.
La “seducción” es una aspirina. Es un calmante, un sedante, una droga. Una ridícula solución pasajera a un problema relevante.