Creo que nuestra generación está perdiendo un poco el norte. Nos hemos llegado a creer que las cosas importantes se consiguen rápido y sin esfuerzo: dinero, cuerpo perfecto, salud, amigos, relación de pareja… Queremos ganar mucho dinero sin hacer nada, ligar con miles de chicas sin mover un dedo… y todo de un día para otro. Parece que no terminamos de darnos cuenta de que las cosas verdaderamente importantes en la vida requieren constancia y esfuerzo.

Seguramente te gustaría que te dijera que puedes cambiar tu vida en un fin de semana, pero no es cierto. Eso de la píldora mágica y sin esfuerzo no existe. Y te diré otra cosa, si no eres capaz de disfrutar del proceso de ir mejorando poquito a poquito, día a día… no conseguirás nada. Hacer las cosas bien hechas, con mimo, con cuidado y con pequeños grandes logros es la clave para que tu vida de verdad mejore.

Tenemos que ser capaces de cambiar una vida basada en el placer del resultado, por otra basada en el amor al proceso. La felicidad está en el camino, no en el destino.

¿Por qué te cuento esto? Porque si estás centrando tu atención en la meta (ligar con chicas, ganar dinero, tener mucho sexo, ser popular, etc.) sufrirás, retrocederás y acabarás obsesionado y solo.

¿Qué pasa si necesitas un par de años para solucionar tus problemas con las chicas? ¿Qué hay de malo en tardar algunos meses en recuperar tu autoestima después de una relación? Tu vida es tuya, y tienes que darte tiempo para que las cosas cambien.

El éxito va directamente relacionado con tu capacidad de perseverancia. Persiste, insiste, mantente, sé paciente y llegarás todo lo lejos que quieras.

Mi consejo es que en vez de pensar dónde querrías estar ahora, te centres en qué podrías estar haciendo ahora para mejorar tu situación y te centres en hacer eso lo mejor posible. Piensa en algo fácil, pero hazlo. Sé honesto con tu nivel actual de éxito y elige una pequeña meta que sí puedas hacer YA.

Quizá esa meta sea, simplemente, meterte en un chat a practicar tu sentido del humor en las conversaciones, para empezar a soltarte. O en quedar con una amiga para que te dé algún consejo sobre los errores que ella ve en ti, desde fuera, al hablar con chicas, o al vestir. Un consejo que te ayude a corregir UN SOLO ERROR ya es mucho. Muchísimo. Si haces eso todas las semanas, en un año serás otro hombre. Pero claro, hay que hacerlo.

Lo repetiré: HAY QUE HACERLO.

Piensa en el aquí y ahora. Ahora, hoy es el momento de hacer algo pequeñito que, hecho día a día, hará de ti alguien excepcional.