Una relación de pareja es algo que requiere dedicación. Yo siempre digo en mis cursos y conferencias que cuidar una pareja es como cuidar una planta, hay que regar la planta todos los días y asegurarnos de que sabemos un mínimo de jardinería para que la planta no se muera.
Hoy os voy a hablar de los principales problemas de pareja que suelo encontrarme cuando mis clientes me piden ayuda, y también la forma más fácil de resolver esos problemas de pareja en la práctica.
Los problemas de pareja
Os voy a enumerar los problemas más frecuentes:
1. Asumir en vez de decir
Uno de los principales problemas de pareja que me encuentro muy a menudo es que las personas solemos asumir que nuestra pareja debe saber algo, en vez de expresarlo nosotros. Por ejemplo, en vez de decir que nos molesta que nuestra pareja hable cuando estamos viendo la televisión, nos callamos y enfadamos porque pensamos que ella DEBE saber que nos molesta. Pues normalmente, ella no ha pensado en eso. Simplemente para ella la televisión quizá no es tan importante y no se le ha ocurrido que para ti sí pueda serlo. Otro ejemplo podría ser cuando nuestra pareja nos dice “no me pasa nada”. Y se asume que la otra persona tiene que saber que sí le pasa algo.
Sería maravilloso estar con una persona que supiera todo lo que pensamos sin necesidad de decir nada… pero no es realista, ni probable. Lo más probable es que nuestra pareja no sepa lo que necesitamos hasta que se lo decimos. Y cuando vemos que nuestra pareja hace algo que nos molesta, en la mayoría de los casos se debe a que no se ha dado cuenta. Es así de sencillo: la mayoría de los casos no se ha dado cuenta.
2. Pensar que a nuestra pareja le gustará lo mismo que a nosotros
Otro de los problemas de pareja que más me encuentro es pensar que a nuestra pareja le gustará lo mismo que nos gusta a nosotros. Si a nosotros nos gusta que nos llamen cuando estamos de bajón, nosotros hacemos lo mismo y llamamos. Si a nosotros nos gusta que nuestra pareja nos cuente todo lo que ha hecho ese día, nosotros hacemos lo mismo. Si a nosotros nos gusta que nos gasten bromas y se metan un poco con nosotros, hacemos bromas. Y si a nosotros nos gusta que nuestra pareja nos diga directa y sinceramente todo lo que piensa, nosotros hacemos lo mismo.
El problema es que nuestra pareja no es como nosotros. Es una persona DIFERENTE. Que no tiene por qué sentir, ni interpretar las cosas igual que nosotros. Y cuando estamos en una relación es muy importante que aceptemos desde el principio que tenemos que dedicar tiempo a CONOCER a nuestra pareja, sin proyectar sobre ella nuestra forma de ver la vida.
Por ejemplo, es muy habitual que este problema de pareja se plasme, sobre todo en la comunicación. Nuestra forma de comunicar rara vez es igual al de nuestra pareja. Los hombres por ejemplos tendemos a ser más breves, prácticos y fríos al hablar. Y las mujeres suelen ser más emocionales, extensas y detalladas al explicar las cosas. Esto ocurre porque el cerebro del hombre está menos preparado para el habla que el de la mujer. El hombre, de hecho, emite de media 7000 palabras al día y la mujer 21.000.
Así que tenemos que asumir y aceptar estas diferencias y no sentirnos frustrados por ellas.
3. Discutir en vez de hablar
Si hablamos de los problemas de pareja no podemos dejar de mencionar la forma en la que DECIMOS las cosas. Esto importa y mucho. Es muy importante que digamos las cosas de una forma tranquila y racional. Y no de una forma emocional, en caliente, estando a merced de nuestras emociones.
Decir las cosas de una forma emocional, en caliente, como digo, es garantía de fracaso. Las cosas hay que decirlas siempre en frío, cuando NO vengan a cuento. Cuando haya pasado algo de tiempo y podamos reflexionar sobre ello y hablar tranquilos.
Si, por ejemplo, nos molesta mucho que nuestra pareja nos haga bromas en público, lo que la mayoría de la gente hace es no decir nada, aguantar y aguantar una y otra vez, y un día que ya no se puede aguantar más, le dice de muy malas formas (e incluso a veces delante de otras personas) todo lo que no le gusta, a gritos e incumpliendo el punto 1 (es decir, asumiendo que la otra persona tenía que saber que eso no debía hacerlo). Esto es lo que NO debemos hacer.
La forma correcta de hacerlo es, primero, no aguantar tanto y si algo no nos gusta, plantearlo al principio, cuando aún nos lo podemos tomar con buen humor. En segundo lugar, no es bueno decirlo en el momento y mucho menos en público. Es mejor esperar un par de días y decir algo como:
“Cariño, quería comentarte que hay una cosa que no me gusta mucho…”
Para trabajar mejor este aspecto, te recomiendo leer estos artículos sobre Inteligencia Emocional e Inteligencia Social
4. No tener tiempo para estar a solas
Otro de los problemas de pareja que con más frecuencia me encuentro es no dedicar tiempo a estar a solas haciendo nuestras cosas. Por ejemplo, hacer deporte, ver a tus padres, estar con tus amigos, leer, estudiar, pasear, ver la tele o incluso ir de viaje. Todos los seres humanos necesitan tiempo para estar a solas y también tiempo para hacer actividades con otras personas sin que nuestra pareja esté delante.
Por miedo a ser percibido como un mal novi@, a menudo aguantamos y aguantamos, y al final explotamos porque necesitamos tiempo para estar a solas. Todos necesitamos tiempo para estar a solas. Si no lo haces al final la relación se resentirá.
5. Dejar de regar la planta
De todos los problemas de pareja, la medalla de oro… se la lleva el descuidar los detalles en el día a día. La rutina, y la vida acomodada es el beso de la muerte de una relación. No te digo que todos los días tengas que hacer grandes actos. Al contrario, te hablo de los pequeños detalles.
Los pequeños detalles, importan. Importan que te preocupes de contestar con cariño a tu pareja. Importa que le digas a tu pareja día a día las cosas que te gustan de ella. Importa que le des la sorpresa de hacer algo especial de vez en cuando. Y así sucesivamente.
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