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Al margen del debate de la importancia del físico a la hora de gustar y atraer a una mujer…voy a centrarme en un tema que tiene aún más importancia y es la imagen que tenemos de nosotros mismos a la hora de sentirnos atractivos o no.

Hay que saber diferenciar dos cosas: lo guapo que uno es, y lo guapo que uno se cree que es. No hay ningún hombre con éxito con las mujeres que se no vea a sí mismo como alguien muy atractivo y tremendamente a gusto con su propio cuerpo.

Si nosotros no nos gustamos a nosotros mismos, no podemos pretender gustar a los demás. Si yo no me considero interesante, no puedo esperar que los demás me lo consideren. Y si yo no creo en mí mismo y en mi potencial, nadie lo hará.

Una mujer no necesita tanto que tengamos un físico espectacular como que tengamos una gran confianza y que nos creamos con derecho y atractivo suficiente como para gustarla. Ella necesita saber que realmente sentimos que estamos a su altura. No hace falta ser arrogantes o altivos…no es necesario estar por encima de nadie. Basta con no estar por debajo.

Cuando miramos a una mujer a los ojos, debemos sentir que nos la merecemos, que somos personas atractivas y que tenemos mil cosas maravillosas que ofrecer. Sé que parece un poco un discurso de “nueva era”, pero te aseguro que subcomunicar esto es realmente importante. Repito que si tú no te lo crees, ella nunca lo hará.

Un buen indicador de lo cómodos que estamos con nuestro físico es la mucho o poco que miramos a los ojos y el rostro de las personas que nos rodean. Cuanto más seguro está una persona de sí mismo, más cómodo está observando y siendo observado. Y más tranquilo está a la hora de mirar a los ojos y la cara de otra persona.

Y otro muy buen barómetro para determinar si una persona está cómoda o no es si es capaz de sonreír tranquilo y cómodo a la hora de estar con una mujer.

A tener esa actitud en la que nos sentimos personas realmente atractivas y magnéticas se le llama “tener el guapo subido”. Y tener el guapo subido es algo fundamental para gustar a una chica. Como digo, la esencia es NO vernos a nosotros mismos por debajo de ella. Nadie está por debajo de nadie. Todos somos personas al final. Y estar a gusto con nuestro cuerpo y con nosotros mismos no depende de tener un físico espectacular, sino de estar bien internamente.