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Una de las grandes cosas que suelen faltar en las conversaciones cotidianas es la falta de pasión. Nadie nos va a considerar personas interesantes si no somos capaces de sentir verdadera pasión por lo que hacemos y decimos. De hecho, la palabra apasionado, se suele utilizar en muchos casos casi como sinónimo de persona interesante.

Muchísimas veces vemos en comentarios de mujeres que una de las cosas que más les gustan de un hombre es la pasión con las que hace las cosas. Como un guitarrista de rock cuando se deja la piel en el escenario….o como un pintor cuando se queda absorto en su obra. Son rasgos MUY atractivos para una mujer. Y cuanto más nos acerquemos a ese ideal, más tendremos la atención de la chica.

Una persona apasionada es una persona enérgica, decidida, asertiva y con convicción en lo que hace. Todos ellos son rasgos muy Alfas, que subcomunican que tenemos una realidad poderosa. El hombre pasional lucha por lo que cree. La persona apática deja que las cosas pasen sin hacer nada. Siendo pasional estamos demostrando que, evolutivamente, estamos dispuestos a luchar y defendernos del mundo que nos rodea.

Así que, cuando estemos en una conversación tenemos que ser capaces de transmitir pasión y decisión en las cosas que decimos. Nadie nos va a tomar en cuenta si no somos capaces de expresar nuestros pensamientos con convicción y entusiasmo. Los grandes líderes son, por definición, MUY pasionales. Y los grandes oradores, también.

En el primer artículo de esta sección dije que lo importante es que la otra persona hable de sí misma…y esto SIGUE SIENDO CIERTO. No me estoy desdiciendo, sino complementando. Tenemos que ser capaces de hacer que la otra persona hable de sí misma y se abra a nosotros. Pero ella es probable que NO tenga interés en abrirse si no nos considera personas valiosas e interesantes. Habrá silencios…y preguntas en las que ella pondrá a prueba si realmente somos personas interesantes que tienen la intención genuina de conocerla o no.

En esos vacíos… tendremos que ser capaces de expresar nuestros pensamientos de forma pasional. Y cuando ella, de forma genuina (esto ocurrirá tarde o temprano) se interese por algún aspecto de nuestra vida…más que nunca tendremos que ser capaces de expresarnos con convicción y energía.

No es cuestión de hacerlo constantemente, porque una persona que no es capaz de no ser pasional, tampoco es Alfa. Es más un tema de dar pinceladas. Tenemos que ser capaces de pincelar la conversación con pasión en ciertos momentos clave.

Tenemos que ser capaces de escuchar y centrarnos en la otra persona…y, a la vez, cuando se nos presente una situación en la que nos viene una idea a la mente en la que creemos firmemente…defenderla con pasión y decisión, sin importarnos lo que piense la otra persona. Tampoco hace falta salirse de tono, pero sí creer en lo que uno dice. Ella tiene que sentir que somos buenos defensores de nuestras ideas y que no tenemos miedo del rechazo que esas ideas puedan despertar.