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Cuando alguien intenta mejorar su relación con las mujeres, se deja deslumbrar por los libros y métodos de la Santa Doctrina de la Seducción e intenta aplicarlo todo tal cual se lo dicen. Pero al poco tiempo, todos nos damos cuenta de que eso no funciona. Y no funciona, porque lo que es útil y efectivo para una persona…no lo es para el resto de gente. No es congruente.

Algunos autores hablan del método directo, otros de indirecto; unos hablan de utilizar el sentido del humor, otros de utilizar la escucha y la empatía; unos hablan de abridores circunstanciales, y otros de abridores absurdos, etc. Y ¿sabéis qué? Todos funcionan. ¿Por qué? Porque para los autores de esos métodos, eso es congruente. Pero que sea congruente para ellos, no tiene por qué querer decir que también lo sea para ti.

De hecho, lo más probable es que no lo sea, porque en este tema, casi nada es extrapolable tal cual. No existe un estilo ni un método infalible. Es imposible encontrar un método que le funcione a todo el mundo. Las chicas no buscan métodos, buscan personalidades poderosas y eso es imposible de conseguir imitando a los demás.

La palabra del día es CONGRUENCIA. Yo entiendo la congruencia como la capacidad de una persona para encontrar las herramientas que hagan de él alguien poderoso, excepcional y feliz. La congruencia implica mirar hacia dentro, en vez de mirar hacia fuera. Algo es congruente, cuando nos beneficia a nivel interno; cuando es una cualidad que queremos incorporar en nuestra vida, porque sabemos que es algo positivo. Entonces estaremos siendo poderosos y congruentes. Si sólo me fijo en los resultados, entonces seguro que estaré generando una incongruencia. Y ahí es, precisamente, donde fallan los métodos. No son congruentes, porque trabajan imponiendo técnicas para conseguir resultados.

Veamos algún ejemplo. Si yo soy un chico con mucha capacidad para escuchar y mucha empatía, e intento aprender técnicas para hacerme el gracioso (esto ocurre muchísimo, por desgracia) y así gustar a las chicas, estaré siendo totalmente incongruente, porque estaré yendo en contra de mi potencial natural. Eso es algo que iría totalmente en contra de lo que somos y lo estaría haciendo para gustarlas. En este caso, lo que sería congruente, es que esa persona desarrollara un método basado en gustar a las chicas precisamente por ser alguien con capacidad de escucha y empatía. El secreto es potenciar eso que se te da bien de forma natural en vez de intentar hacer algo que no te gusta y no va contigo.

Ojalá alguien me hubiera hablado de esto cuando empezaba. No os podéis imaginar la cantidad de meses de mi vida que he perdido probando cientos de estilos que NO iban conmigo, pero que, en teoría, me tendrían que haber funcionado. Ninguno funciona, porque no hay nada que funcione realmente si no surge de uno mismo.

La Santa Doctrina te hablará de cómo vestir, de cómo actuar, de qué decir, de cómo empezar, de cómo tocar, de qué sitios frecuentar, etc. Pero nada de eso tiene sentido porque nadie puede decir qué es congruente para cada persona. Sólo tú mismo puedes encontrar en ti la congruencia. Sólo tú mismo puedes descubrir qué te hace feliz y poderoso…y sólo tú mismo puedes convertirte en una persona excepcional. Los métodos no son más que sistemas que deben servir para orientarnos y ver ejemplos de cosas que les funcionan a otros.

Estudiar esos métodos puede ser bueno, porque nos da ideas para luego aplicarlas en nuestro estilo. Pero siempre tenemos que ser fieles a nosotros mismos. Si no lo somos, estaremos destinados a caer en una mediocridad inútil que sólo tiene pequeños atisbos de éxito esporádico.

Antes de nada, piensa en las cosas que naturalmente se te dan bien y ve descubriendo tu propio método basado en esas cualidades.