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Trucos conversacionales. 17- No te obceques

Hoy voy a hablar de un error que cometen muchas personas a la hora de intentar “prolongar una conversación que no está yendo como nosotros queremos. Y es la actitud de intentar agarrarse a un “clavo ardiendo”. Es decir, que sea lo que sea lo que nos cuente la otra persona…intentamos conseguir que ese tema en cuestión se convierta en una mina de oro que nos dé miles de palabras para continuar, e intentamos sacar petróleo de donde no lo hay…haciéndolo de forma muy forzada y mostrando mucha necesidad.

Un ejemplo de esto sería cuando nos interesamos excesivamente de algo sin importancia. Por ejemplo:

– Hombre: ¿qué estudias?
– Mujer: derecho
– Hombre: qué interesante, eso debe ser increíble…cuéntame más…

Esa respuesta NO está justificada. Si ella no te está dando conversación, acepta la situación desde el principio y busca soluciones, pero no intentes convencerte de que lo que te está dando es interesante cuando no lo es, porque ya dijimos que a nuestro cerebro no se le puede engañar. Si algo es aburrido, insulso y poco valioso…no tiene ningún sentido intentar convencernos de lo contrario.

Entonces, posibles soluciones a este problema:

  1. Intentar dirigir las preguntas hacia lo que la hace una persona única. Esto lo comentamos ya en artículos anteriores. En el caso del derecho sería mucho mejor preguntar: “¿Por qué decidiste estudiar derecho?”
  2. Ante la duda, mejor que parecer que no tenemos vida propia y que nos entusiasma cualquier cosa que nos cuente una mujer…es mejor cambiar el tema de conversación hacia nosotros y hablar de nosotros, contar algo con humor, hablar desde la perspectiva del yo, o simplemente, cambiar de tema. Por ejemplo: “La verdad es que del tema de derecho no tengo ni IDEA. Siempre he pensado que es algo complicado, porque hay que tener mucha memoria…pero yo siempre he sido más de arte…¡no en balde estoy un poco loco!”
  3. Deja tiempo para escuchar lo que te dice. Si ella te dice que simplemente estudia derecho y tú te apresuras a contestar, realmente no sabes si ella quería añadir algo más. Y en el caso de que en un principio no quisiera añadir nada más, el simple hecho de que tú generes un pequeño silencio incómodo y la mires esperando de ella más inversión, en la mayoría de los casos, suele ser suficiente para que la otra persona empiece a invertir.
  4. Diviértete y, ante la duda, elige el humor. Si tienes que hablar de algo, como última opción y a la desesperada, por lo menos diviértete y tómatelo con humor. No dejes que su falta de inversión afecte a tu estado. Por ejemplo: “Pufff, derecho…la verdad es que me gustaría hacerme el interesante contigo, María, pero de derecho no tengo ni puñetera IDEA. Vamos a tener que encontrar otro tema de conversación más divertido. ¿Tienes perro?”
  5. Sé empático. Antes de enfadarte…piensa por qué esa chica puede estar invirtiendo poco y plantéate que quizá tú has empezado de una forma equivocada…o que ella te puede estar percibiendo como un pesado. No intentes huir de sus pensamientos. La mejor forma de eliminar estas resistencias es sacándolas en la conversación: “María, soy consciente de que hablar de lo que estudias ya lo has hecho mil veces esta noche pero es que quiero conocerte un poco…entonces, vamos a hacer un trato…tú me das un par de datos sobre ti, y yo prometo contarte cuatro chistes divertidísimos después”.

NOTA: como habrás podido observar, estos ejemplos son para rescatar una conversación que estaba siendo aburrida (la del derecho). No estoy recomendando que lo más interesante para preguntarle a una mujer sea su profesión, al contrario. Pero como es algo común, que muy a menudo, hace que nos atasquemos, me ha parecido un buen caso para ver posibles salidas.

La paciencia y la cualificación. Vol. 11

Todos los libros de la Santa Doctrina de la Seducción hablan de la cualificación. ¿Qué es la cualificación? La cualificación consiste en demostrar a una mujer que NO sólo nos importa un físico, sino que buscamos en ella una actitud, una personalidad y unos valores que justifiquen un interés real en ella, más allá de la simple atracción. Es decir, la cualificación es el proceso por el cual la chica se abre a nosotros, mostrándonos sus “cualidades” como persona (de ahí el nombre), para que nosotros, posteriormente, podamos justificar nuestra escalada física de una forma legítima.

El proceso sería el siguiente: ella nos intenta impresionar mostrándonos lo “valiosa” que es…y nosotros la premiamos escalando y avanzando físicamente (besándola, cogiéndola de la mano, etc.). Para acelerar este proceso, hay un montón de trucos y preguntas, para incitar a la chica a que se “cualifique” (es decir que la pinchamos para que nos cuente cosas suyas) y así poder escalar de forma justificada.

Pero es que esto queda TREMENDAMENTE forzado. Las chicas no son tontas y en 5 minutos una chica NO puede encantarnos porque NO LA CONOCEMOS DE NADA. Lo siento mucho pero es que esto es así. No es congruente que una chica nos encante en 5 minutos por mucho que consigamos que ella nos cuente cosas.

Esto puede funcionar a altas horas de la noche con chicas poco inteligentes o poco selectivas (o ambas cosas). Pero con una chica con opciones, inteligente y que sabe lo que quiere…estos trucos NO funcionan. Con una mujer madura y selectiva sólo podremos justificar nuestra escalada conociéndola de verdad. Tampoco es que se tarden milenios.

Si tengo que estar haciendo preguntas todo el rato, para conocer a una chica, entonces es que lo estoy haciendo mal y con prisas. Porque cuando una interacción fluye y empieza a haber cierta confianza…la información acerca de la otra persona se extrae de forma implícita, por el contexto, los comentarios y las acciones de la persona. No por respuestas directas a preguntas directas.

Una persona REALMENTE selectiva jamás obtendría información preguntando directamente, al igual que un policía no espera saber si alguien es un ladrón preguntándolo directamente. Digo yo que tendrá que basarse en pruebas.

Un hombre selectivo debe hacer igual. Cualificar preguntando sólo con la intención de poder escalar es MUY FRUSCO. La Santa Doctrina NO nos enseña a ser selectivos, nos enseña sólo a PRECERLO para que no quede raro escalar sexualmente con una chica sin conocerla de nada. Pues bien, este no es el camino. Y al final, queda raro.

Pondré algunos ejemplos de cómo se cualifica mal, con prisa, y cómo se cualifica bien, con paciencia:

  • Mal: le pregunto, sin venir a cuento, qué música le gusta y me dice que los Beatles. Yo le digo que a mí también y que eso me parece muy sexy. La intento besar.
  • Bien: charlando en un local, ella, de pronto, se pone a bailar ante un tema de los Beatles…yo me fijo y, sin necesidad, de preguntar…le digo: no te puedes ni imaginar lo sexy que me resulta ver a una mujer que le encanten los Beatles y que no pueda evitar moverse cuando escucha un temazo como este.
  • Mal: le pregunto que a qué se dedica. Me dice que es arquitecta…yo la premio diciendo que me parece muy interesante por ser arquitecta.
    Bien: comentando que hay una cafetería muy “chula” en la ciudad, ella me comenta no la conoce pero que le encantaría conocerla, en parte también por su trabajo. Yo indago diciendo que si es hostelera. Ella me dice que no, que es arquitecta. Yo no le digo nada más. Ser arquitecto NO es suficiente para que una chica me parezca interesante.
  • Mal: le pregunto directamente si se considera una chica romántica. Ella me dice que sí. Le digo que eso me encanta y que me están entrando ganas de besarla.
    Bien: dando un paseo veo que se para unos segundos delante de un par de ancianos cogidos de la mano y veo que ella sonríe. Yo le digo que me fascina ver cómo una chica tan madura tiene una sensibilidad tan especial y lleva en secreto un corazón tan dulce y romántico. Le doy un besito en la frente.
  • Mal: le pregunto, sin venir a cuento, si le gusta el arte. Ella me dice que sí. Yo le digo que eso me encanta de una mujer.
    Bien: hablando con ella, le digo que estoy deseando volver a Italia. Ella dice que no puede imaginar un plan mejor que pasar un fin de semana rodeada de arte. Yo le contesto que me fascinan sus comentarios. La beso.

En busca de la felicidad

Hoy os traigo un trailer de una película de hace algunos años que me parece excepcional y muy motivadora. Os la recomiendo a todos. Es muy bonita, muy entretenida y además se basa en una historia real. Un ejemplo más de superación que merece la pena conocer.

Trucos conversacionales. 16- Que abrir sea parte de tu vida

Una parte muy importante de una conversación es el abridor, porque no siempre empezaremos a conversar con personas que ya conozcamos de antes. En muchas ocasiones la conversación tendrá lugar con gente desconocida. Y sí, también con chicas, claro.

Algo muy importante a tener en cuenta es que la habilidad para abrir bien no se adquiere abriendo chicas por la noche para ligar. Es una actitud que tienes que tener constantemente en la vida diaria. O eres el tipo de persona que habla con todo el mundo y que es sociable y divertido, o no lo eres. Pero una persona que no habla con nadie en su vida diaria, un sábado por la noche no va a ser capaz de abrir a una desconocida de forma natural sin que quede raro y tremendamente forzado.

Es decir, que abrir y hablar con desconocidos tiene que ser algo que te acabe saliendo de forma NATURAL en tu día a día, con hombres y mujeres: con la panadera, el carnicero, tu compañero de trabajo, la secretaria de tu jefe, tus padres o el peluquero de tu hermana.

Entonces, una vez tenido en cuenta esto…voy a dar varios consejos que me han ayudado a mí, a la hora de enfocar lo de las aperturas:

  • Que sean divertidos. Nunca amargues la vida de la gente que está a tu alrededor. Haz reír, anima, sonríe y aporta buen rollo.
  • Si son gente que ves con frecuencia, o que está trabajando…pregunta, anima, interésate y regálales un buen momento. Con frases como: “Hombre, Manolo, ¿qué tal estás?¿Cómo va la mañana?¿Algo interesante?”; o “Buenos días, ¿qué tal? Venía a comprar pan….pero que sea un pan bueno, ¿qué me recomiendas?”; o “Tengo que decir que tenéis una tienda PRECIOSA…da gusto entrar en tiendas con tanta personalidad, ¿la tenéis abierta desde hace mucho?”.
  • Si no los conoces y no están trabajando, lo ideal es utilizar un abridor situacional (es decir, que lo sugiera la situación) porque están bastante justificados y son poco invasivos: “Estoy viendo esos nubarrones que se nos acercan…y me da a mí que hoy va a llover pero bien…¿tú qué opinas? ¿Tendremos diluvio o sol?”; o “Perdona, llevo media hora intentando pedir y la camarera no me hace ni caso…pero veo que tú has conseguido tu copa muy rápido…¿hay algún truco especial?¿me traigo la pistola con bengalas para que me vea?¿Cuál es el secreto?”; o “Necesito, por favor, que me digas tu secreto…mi vida depende de ello…¿cómo demonios tengo que hacer para que me pongan la copa tan rápido como a ti?”
  • No esperes nada excepcional de la otra persona al comienzo de la interacción. Pónselo fácil, no exijas de primeras. Sé generoso, y empieza dando.
  • Al principio habla de ti. Por ejemplo: “Llevo media hora esperando un tren que no llega nunca…y empiezo a plantearme si estoy en el andén correcto o no…me doy cuenta de que quizá no he sido bendecido con el don de encontrar los andenes correctos en esta vida (te ríes)…tú, en cambio tienes toda la pinta de estar enteradísima de los trenes que pasan por aquí…¿este andén es para el tren de Chamartín?”
  • Entrar con energía. Tienes que ser enérgico en la vida y pisar fuerte. Si empiezas una interacción, hazlo con ganas. Y si no, no la empieces, pero empezar tímidamente no funciona. Ve por la vida pisando fuerte y deja claro que haces las cosas con convicción.
  • Céntrate en entrar bien tú, los resultados ya vendrán. Pon tu atención en conseguir abrir bien, sentirte bien al hacerlo y en realizarlo con convicción. Los resultados vendrán, pero no te centres en ellos.

La paciencia y la calidad. Vol. 10

Las personas que han tenido un pasado de escasez sexual y emocional, habiendo sido inseguros y sin éxito a la hora de interactuar con chicas, sienten la necesidad de estar con muchas chicas y de demostrarse a sí mismos que pueden tener cantidad y abundancia de mujeres en su vida (hablé de esto en el artículo El tercermundismo sexual).

Pero una vida basada en la “cantidad” no nos va a hacer nunca felices. Los números no nos dan la felicidad. Entiendo que hay que tener un mínimo de cantidades de resultados para estar a gusto y tranquilos…pero una vez tenemos cierto éxito con las chicas…lo importante no es la cantidad, sino la calidad. Más vale tener 10 chicas increíbles que 1000 mediocres.

Y cuando hablo de chicas de calidad no me refiero sólo a chicas muy atractivas, me refiero a chicas de verdadera calidad en todos los sentidos. Hablo de una mujer que sea interesante, divertida, interesante, buena persona, educada, etc.

Es decir, una mujer que REALMENTE nos haga disfrutar de estar a su lado, al margen de que luego tengamos o no sexo con ella.

También hay que tener en cuenta que el atractivo físico es algo muy subjetivo. Y la belleza de una mujer sólo tiene que ser importante cuando nos fascine, nos excite y nos encante a NOSOTROS. Habrá muchas mujeres que a nosotros nos atraigan muchísimo y al resto de la gente no. Y otros casos en los que chicas que gusten a todo el mundo, a nosotros no nos exciten. Debemos siempre guiarnos por nuestro propio gusto y por las cosas que a nosotros nos excitan, nos atraen y nos fascinan. Al margen de lo que nuestros amigos o la sociedad considere adecuado. Recuerda que en esta vida se trata de disfrutar y ser felices. No de hacer lo que todo el mundo.

Es por esto que la paciencia tiene una importancia clave en este asunto. Tenemos que ser pacientes también a la hora de “dejar pasar” a las chicas que NO nos convencen. Debemos ser selectivos y no tener prisa tampoco en estar con todas las chicas a las que gustamos o que nos puedan atraer físicamente. Tenemos que dejar claro a la chica que no vamos a regalar el interés y que no tenemos ninguna prisa por tener una relación sexual con ella. Hasta el punto de que si vemos algo que NO nos cuadra…no tendremos ningún problema en decidir NO tener nada más con ella.

La persona paciente busca calidad. La persona impaciente busca cantidad. Un hombre poderoso y atractivo elige cosas de calidad y no se centra sólo en envoltorios bonitos. Repito que el atractivo físico no es lo único en esta vida. La calidad debe aplicarse a TODO. Y porque una chica atractiva nos haga caso, no tendría por qué ser suficiente para querer tener sexo con ella de primeras. Que nos gusten las mujeres atractivas, no quiere decir que nos gusten TODAS las mujeres atractivas. Veamos más allá. Rodeémonos de BUENAS PERSONAS. Sólo así podremos ser verdaderamente felices.

Cuando todo parecía perdido

Hoy os traigo un vídeo increíble acerca de cómo se puede remontar una situación cuando todo parece que está perdido. Una grabación única y tremendamente motivadora.

P.D. Gracias a Lorenzo por pasármela