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La paciencia y el Estilo Directo. Vol. 3

Mucha gente confunde el estilo directo con jugar rápido. Y este es un grave error.

La diferencia entre el estilo directo y el indirecto es que en el estilo directo, el hombre dice abiertamente que tiene interés en conocer a la chica porque hay algo de ella que le ha llamado la atención. Y en el estilo indirecto, esta matización se omite…y se espera a ganar la atención de ella para decirlo.

Ambos métodos son muy válidos y lógicos. Y depende mucho más de la situación que de nosotros, el que sea adecuado hacer una cosa u otra. Si, por ejemplo, nos presentan a una amiga de amigos…no tendría sentido hacer directo. Pero si estamos por el día y vemos una chica con una camiseta de un grupo de música que nos encanta…entonces lo que NO tendría sentido, sería hacer indirecto. Es más un tema de congruencia que otra cosa.

Ahora bien, ¡ni el directo ni el indirecto deben hacerse con prisa! La paciencia es básica en ambos métodos.

El estilo directo TIENE que ser paciente, al igual que el indirecto. Yo puedo iniciar una conversación mostrando cierto interés en conocer a una persona. Esto es algo que se hace a diario y no sólo con las mujeres. Yo puedo, perfectamente, acercarme a un hombre que está leyendo un libro que me encanta y comentar que me parece muy interesante que lo esté leyendo y que quiero saber su opinión.

Hay una gran diferencia entre mostrar interés y necesitar un resultado de la otra persona. Siempre que el estilo directo sea una muestra de interés, en la que NO necesitamos resultados, sino que, simplemente, tenemos curiosidad por saber cómo es la otra persona y verificar si está a la altura de nuestras expectativas, entonces lo estaremos haciendo bien.

Si, por el contrario, utilizamos el estilo directo para intentar desconcertar, impresionar y seducir a la mujer en el menor tiempo posible (que por desgracia es lo que intentan la mayoría de los seguidores de la Santa Doctrina de la Seducción) entonces estaremos siendo monos de feria. Y ninguna mujer de valor querrá relacionarse con nosotros. Podremos ligar aisladamente con chicas poco maduras, inseguras…o que estén obsesionadas con algún rasgo valioso que nosotros tengamos, por ejemplo en el caso de tener un muy buen físico y tener la suerte de que ella sólo se fije en eso.

Pero eso no es interactuar. Eso no es valor. Eso es comprar y vender mercancía en la carnicería. Si tienes un gran físico…y no buscas nada más que rellenar tus ansias de ego…adelante. Pero no será un éxito real. Y tampoco creo que sea el caso de los lectores de este blog.

Para la mayoría de personas que buscamos crecer, mejorar y ser realmente poderosos y atractivos, tenemos que enfocar el estilo directo de una forma calmada, evaluativa y condicionada a la respuesta de ella.

Una vez que iniciemos la interacción, aunque hayamos mostrado cierto interés, tenemos que pasar a tener una conversación NORMAL, sin prisa…en la que, de forma genuina tengamos interés en conocer a la otra persona, sin necesitar resultados. Que nos interese conocerla no quiere decir que necesitemos ligárnosla.

Una vez más, la paciencia es la clave. Deja que sea ella la que se abra…la interacción es cosa de dos. Y ella también tiene que jugar. No tengas prisa.

Discurso de la película “El Manantial”

Hoy os traigo un fragmento muy motivador de una estupenda película del cine clásico: “El Manantial”. El vídeo muestra un discurso inspirador sobre la integridad, la capacidad creativa del ser humano y la autoridad y libertad que cada uno tiene sobre sus actos. Y plantea un debate muy interesante entre el hombre y la sociedad en la que vive. ¡Espero que os guste!

Trucos conversacionales. 8- Encuentra qué es único en ella

Cuando estamos en una conversación tenemos que mostrar interés de forma legítima por lo que la otra persona nos está contando. Pero el interés tiene que ser proporcional a la inversión y la calidad de la inversión de la otra persona. Se trata de encontrar un equilibrio: si doy un interés incondicional por TODO lo que me dice, la otra persona nos percibirá como personas poco selectivas; pero si por el contrario no muestro nada de interés, la otra persona se aburrirá, se sentirá poco especial y acabará cortando la interacción.

El interés tiene que estar condicionado a lo que la otra persona nos está ofreciendo. No hay que premiar e interesarse por todo lo que nos están contando, sólo por lo que realmente nos interese y de forma proporcional.

De forma proporcional quiere decir que si la chica nos dice que es peluquera no puede despertar el mismo interés que si nos dice que es investigadora marina en un centro de protección de las ballenas, en la costa de Nueva York. Y tampoco debería despertar el mismo interés si nos dice que tiene una hermana, que si nos dice que tiene 14 hermanos.

Digamos que nuestra mente, naturalmente se va a interesar por lo que se sale de la media…todo lo que sea nuevo, original o diferente va a activar nuestro cerebro. Eso es inevitable y tiene una razón evolutiva muy clara: conocer lo nuevo nos ayuda a sobrevivir. Conocer lo típico no tanto. Esto no es ni malo ni bueno, es, simplemente, la forma en que el cerebro humano funciona.

Es decir, que tu cerebro no te va a dejar interesarte por algo a lo que estás TOTALMENTE acostumbrado. Y si lo haces, lo que estás demostrando es que estás descalibrado, o que eres una persona sin mundo que se impresiona a la primera de cambio.

Pues bien, esa cualidad natural de nuestro cerebro es lo que tenemos que aprovechar en una conversación. Cada persona es única en algo. Todos tenemos algo diferente a los demás. Si quieres conectar realmente con una persona tienes que descubrir esos rasgos.

A veces no serán rasgos en sí, sino la combinación de ellos. Si una chica es peluquera…eso no es algo nuevo…pero si es peluquera y a la vez estudia empresariales…entonces todo cambia. Esa combinación sí que es totalmente atípica. Y ahí nuestro cerebro nos dará un aluvión de preguntas sobre esa extraña combinación.

Es decir, que no podemos forzar el interés. Interesarnos por la otra persona no consiste en forzarnos a tener interés por algo aburrido, sino en encontrar cosas en la otra persona que sean realmente interesantes y nuevas.

El secreto es encontrar rasgos únicos, habilidades únicas, aficiones únicas, historias únicas o combinaciones únicas. Y para ello habrá que preguntar.

No tengas miedo de preguntar, siempre que vayas en la dirección adecuada. Lo que no se puede hacer es hacer preguntas inútiles y aburridas. Pero preguntas que persigan encontrar esos rasgos únicos y profundos están TOTALMENTE justificadas. En el próximo artículo hablaré de cómo formular esas preguntas.

La paciencia. Su punto de vista. Vol 2

Una mujer necesita sentirse protegida. Necesita sentir que está con una persona fuerte, capaz de aguantar y superar adversidades…y que es capaz de controlar situaciones difíciles.

La Santa Doctrina de la Seducción nos da mil ideas sobre cómo proyectar todas estas cualidades en poco tiempo….de lo que no se dan cuenta es de que, intentando demostrar esas cosas en poco tiempo, están creando una enorme contradicción, porque alguien realmente poderoso que está en control de la situación NO NECESITA DEMOSTRAR NADA EN POCO TIEMPO. Sí, sé que es una obviedad…una evidencia como un templo de grande, pero a NINGÚN “gurú” se le ha ocurrido mencionarlo antes.

Si yo intento “demostrar” y “avanzar” en poco tiempo, lo único que estoy subcomunicando es que no tengo ni idea de lo que hago. Alguien poderoso no tiene prisa. Al contrario. Sus acciones son despreocupadas, no necesita resultados. Tiene abundancia. No tiene ansiedad, ni necesidad. Es autosuficiente y está a gusto consigo mismo en todo momento.

Si yo necesito ligarme a una mujer en poco tiempo estoy demostrando varias cosas:

  1. Que no tengo abundancia y que estoy necesitado.
  2. Que dependo del resultado para disfrutar, con lo cual le estoy dando a ella el poder sobre mí.
  3. Que no me importa ella como persona, sino sólo tener sexo, porque me impresiona su belleza.
  4. Que tengo poca experiencia.
  5. Que no me creo suficientemente bueno y dependo de la inmediatez para gustar…porque si me conoce más a fondo, temo que dejaré de gustarla y me soloamigueará.
  6. Que soy un chico aburrido que no es capaz de divertirse si no es ligando.
  7. Que no soy capaz de controlar mis emociones.
  8. Que socialmente soy un inútil incapaz de percibir las sutilezas de una interacción.

Como podréis imaginar, si yo subcomunico esto, una mujer de valor y con clase, jamás se fijará en mí. Ella NO puede permitirse tener a alguien necesitado o ansioso en su vida. Eso sería evolutiva y socialmente hablando, una gran equivocación.

El punto número 5 es la CLAVE de todo. Una persona realmente atractiva y Alfa NO tiene miedo al soloamigueo, porque sabe que cuanto más le conozca la chica, más atraída se sentirá hacia él. El tiempo juega TOTALMENTE a su favor. Por el contrario, una persona “beta”, “frusca” o insegura…con una vida poco interesante, necesita la inmediatez para conseguir resultados porque el tiempo juega totalmente en su contra: cuanto más intimen, más perderá ella el interés. Esta matización es clave. Y las mujeres lo notan.

Cuanta más prisa tenemos nosotros, más se activan sus alarmas. Más saltan sus defensas. Más incómodas se sienten a nuestro lado. Cuanto más pacientes somos…más se activan ellas. Más se acercan. Más cómodas se sienten. Más nos desean.

En ese punto, empezaremos a recibir IDIS (indicadores de interés) por su parte…empezarán a abrirse a nosotros…nos tocarán…nos mirarán fijamente…nos escribirán, llamarán y contestarán con rapidez…etc. Y ese, será el momento para avanzar. No antes.

Neurología y Meditación

Hoy os traigo un vídeo interesantísimo sobre los efectos neurolóicos de la meditación. En el vídeo se entrevista a Matthieu Richard, la persona más feliz, según los escáners, del planeta. ¡Apasionante! Espero que os guste.

P.D. Muchas gracias a Joseph y Sergi por pasármelo!

Trucos conversacionales. 7- Transforma las piedras en diamantes

En muchas ocasiones nos quedamos sin saber qué decir….sin tema de conversación. A veces, ocurre, simplemente que la otra persona es MUY aburrida…es decir, que habrá un porcentaje de casos en los que, quizá, sea mejor no invertir con una persona que NO es capaz de interactuar mínimamente con nosotros.

Pero en la inmensa mayoría de las ocasiones dependerá de nosotros el que la conversación sea entretenida o no y no nos podemos permitir quedarnos sin hilos de conversación…así que, ¿qué hacemos?

En mis cursos yo siempre explico que nuestra mente nos está dando CONSTANTEMENTE ideas para sacar en una conversación. NO es cierto que la mente se nos quede en blanco. Lo que ocurre es que somos nosotros los que REPRIMIMOS esas ideas antes de que salgan por nuestra boca, porque nos parecen poco adecuadas para la situación.

Si, por ejemplo, estamos hablando con una chica y nos viene a la cabeza que la conversación está siendo aburrida…eso no quiere decir que nos estemos quedando en blanco porque NO ES ASÍ. Lo que ocurre es que, el pensamiento que nos ha venido (el de que la conversación es aburrida) NO nos parece adecuado para la conversación. ¡Pero ese es otro tema!

Es por ello que yo utilizo la metáfora de las piedras y los diamantes. Una piedra es cualquier pensamiento que nos venga a la cabeza, sea del tipo que sea. Por lo general, esos pensamientos no van a estar elaborados…serán toscos, directos y poco adecuados para la conversación. Como cuando, en el ejemplo anterior, nos venía el pensamiento de que una conversación es aburrida.

La buena noticia es que nosotros, como seres pensantes que somos, tenemos la capacidad de transformar esas piedras en diamantes…es decir, que podemos adaptar esas “piedras” a cada situación, expresándolas de forma apropiada.

El 90% de los pensamientos que vienen a nuestra cabeza pueden ser introducidos en la conversación de forma adecuada, pero hay que “presentarlos” convenientemente. Incluso en el caso de la “conversación aburrida”… se podría decir:

“María, perdona, pero es que llevo toda la semana hablando de trabajo…y mis neuronas se están quejando. ¡Por favor, ayúdame a cambiar de convesarción!”

Como habrás visto, transformar piedras en diamantes es todo un arte….una habilidad que hay que desarrollar día a día. Pero merece la pena porque una vez empieces a manejarte en el proceso, serás capaz de hablar durante horas sin que nunca te dé la sensación de quedarte en blanco. Siempre tendrás material nuevo, fresco y divertido que incorporar a la conversación porque estarás totalmente conectado con tus pensamientos e ideas.

La distancia entre tu mente y tu boca será cada vez menor.

Con el tiempo podrás incluso elegir cuál de todas las piedras que te aparecen es la más interesante para introducir en la conversación y tendrás totalmente a tu cerebro trabajando para ti. Pero todo esto comienza cuando empiezas a utilizar lo que tu cerebro te ofrece, en vez de intentar ser especialmente original, brillante o divertido. La genialidad se consigue improvisando sobre lo que te viene, no intentando ser genial.