El rechazo y las tres grandes objeciones
Gestionar el rechazo es una de las cosas más complicadas a las que tenemos que enfrentarnos como hombres. La mujer, en el 90% de los casos, te va a rechazar de inicio. O, mejor dicho, va a poner resistencia al hecho de que la conozcas.
Me gusta pensar que gestionar el rechazo de una mujer es igual a un vendedor que tiene que gestionar el rechazo de un cliente que no quiere comprare. Imagina que recibes una llamada de publicidad de una nueva compañía de teléfono. Al principio no quieres ni oír hablar de ella, luego un amigo te comenta sus beneficios y cambias tu actitud. Más tarde recibes otra llamada y escuchas su oferta. Y al cabo de un tiempo tu compañía te falla y decides llamar a esa nueva empresa y probar sus servicios.
Una mujer con novio, o que está hablando con una amiga, o que, simplemente no quiere conocerte, es muy parecido al cliente que ya tiene una compañía de teléfono. Si tú hablas con ellas, normalmente te van a responder como tú le responderías a un comercial de una nueva compañía de teléfono. Pero si tienes paciencia, no te lo tomas como algo personal y sabes insistir y estar “presente” en el momento adecuado, al final esa chica cambiará su opinión sobre ti y querrá conocerte. Al igual que yo acabé contratando esa nueva compañía de teléfono (esto es real, al final me cambié y estoy encantado). Gestionar el rechazo correctamente consiste en saber manejar sus objeciones con cariño, sin enfadarte, con buen humor y empatía.
Su actitud NO TIENE NADA QUE VER CONTIGO, EN CONCRETO. Tiene que ver con:
1- Su situación de ese momento: está hablando con su amiga, está pensando en otro chico, tiene novio, está bailando, etc.
2- Precedente negativo: Que antes que tú han hecho lo mismo cientos de hombres que resultaron ser unos pesados.
3- No has despertado su interés: sin conocerte de nada, no ha visto en ti nada espectacular, o que sea evidentemente atractivo.
Esas son las tres principales objeciones que podemos recibir. Su rechazo siempre estará basado en una de estas tres cosas.
Cuantas más habilidades sociales tengas tú, más serás capaz de gestionar estas tres objeciones. En estas tres objeciones hay cosas que puedes cambiar y cosas que no. El éxito está en centrarte en las que sí puedes cambiar, en vez de frustrarte en las que no.
Por ejemplo, si ella está en un mal momento porque está enamorada de otro chico… puedes frustrarte por ello y criticarla por ser antipática… o bien, entenderlo, aceptar la situación y plantearle ser, simplemente amigos. A eso, seguro que accederá. Y una vez tengas trato con ella como amigo puede ocurrir que: descubras que no tenía novio; que tenga novio pero las cosas no vayan bien; que tenga novio y las cosas vaya genial pero que pasados unos meses la relación termine; que tenga novio y todo vaya genial por siempre, pero que se haga muy amiga tuya y te presente a sus amigas. En todos los casos has ganado una buena amiga y has mejorado tu vida sexual y emocional.
Lo más importante es que mantengas la mente fría y nunca te enfades, ni caigas en el error de criticarla.
Sus objeciones tienen que ver con cómo se siente ella con respecto a ti, no con cómo tú eres realmente. Grábate esto a fuego. Su rechazo se basa en una emoción subjetiva, y eso es modificable en el 99% de los casos.
En los siguientes artículos veremos cómo gestionar el rechazo superando cada una de estas tres objeciones.
Grande Álvaro! Qué ganas de los tres próximos!
Gracias Lluis, en los próximos días irán saliendo. Un abrazo!!
realmente esperaba algo parecido. ver el gestión del rechazo desde un punto natural e interno. no te técnicas ni rutinas
jajaj, claro, Anthony, no hay que perder la línea!! jaja
Muy interesante y extrapolable a otros ámbitos de la vida. Esta tarde lo leo y te menciono en mi formación 😉
Gracias, María! De qué es tu formación de esta tarde??
Hola Álvaro. Se trataba de una formación para emprendedores del network marketing. Creo que en cualquier actividad emprendedora, gestionar el rechazo es una habilidad importante que aprender y este post me parecía un ejemplo que podía enseñar a la vez que divertir y así ha sido.
De hecho, si no tienes inconveniente, tal vez lo utilice de inspiración mencionando tu post y poniendo el enlace en mi blog: http://www.mariacarrilloleon.com
En él hablo sobre mi actividad y algunas cositas más, por si tienes curiosidad. 🙂
Por supuesto, María, mencióname donde quieras. Un placer que estemos en contacto. Un abrazo!
P.D. Estoy ojeando tu blog y tiene muy buena pinta.
Me alegro. Siéntete libre de ojear y comentar y compartir. 🙂 Espero verte mañana en el Iron Blogger.
A mi me complica, siempre lo tomo personal, además acá en Chile algunas y casi todas las Chilenas son pesadas, ponen una barrera, etc. están a la defensiva, pero en otro contexto, como en el día no totalmente diferente, me valoro, no insisto para no parecer necesitado y cuidar mi reputación pero aún así la Chilena sigue siendo fria. Aún sigo con la idea de ir a Colombia, viven unos par de meses y una estabilidad emocional allá y/o convencer a una y traermela.
Quedo atento a tus comentarios
Saludos
Carlos
Carlos, probaste a intentar entrar como su amigo, con un estilo más indirecto? Más tranquilo? Igual eso funcionaría mejor. Un abrazo fuerte
Hola Álvaro!! Leí este post y lo relaciono con una situación que tengo en estos momentos, pero llevo meses con ella.
En mi trabajo me empezó a gustar una chica, pero en ese momento tenía novio y rechazó mis avances, yo no me lo tomé a mayores, pero seguí con el gusto por ella. Al poco tiempo ella termina con el novio, y, semanas después yo comeinzo a abordarla con juegos, en los cuáles veo mayor receptividad por parte de ella, y comenzamos una comunicación (tengo que decirlo, exclusivamente por wassap), en donde sorpresivamente ella correspondió muy bien a mis avances. Te aclaro lo del wassap porque ella nunca accedio a vernos por 3 razones fundamentales, recien había terminado una relación y se veía feo que estuviese ya con alguien más, en el trabajo eso se veía mal y su madre (que trabaja con nosotros) podría ver mal eso o verse afectada. Ella me decía que tuviese paciencia, pero al final resultó que ella volvió con el novio y ni siquiera nos dimos un beso. Eso me cayó mal, tuve 2 semanas muy rencoroso por decir una palabra, pero decidí que lo peor que podía hacer era derrumbarme, opté por concentrarme en mí e incluso hable con la chica diciéndole que no debíamos tener rencores e hicimos las pases. Soy sincero, hice todo esto con la esperanza que con el tiempo tal vez ella lo pensase mejor. Para mi sorpresa me busco al día siguiente de esa conversación y nos besamos, e iniciamos una especie de “relación” teniendo ella aún su novio. Incluso ella llegó a ir a mi casa y por poco tuvimos relaciones. Al poco tiempo yo corté con eso diciéndole que yo de verdad no podía continuar con eso, y que no por ello debíamos ser enemigos, ella me dijo que estaba bien. Yo asumí una postura de hielo, pese a que ella al principio me trataba con simpatía, y bueno, esa postura mía duró cerca de meses, en los cuales no dejaba de pensar en ella; al final de esos 3 meses yo percibo de ella un intento de acercamiento y yo trato de romper el hielo, hasta que un día me escribe preguntando si la extraño (ella aún con su novio). Yo demoro la respuesta y la llevo a un lugar a solas y nos volvemos a besar, a partir de entonces trato de buscarla pero ella me elude. Hace poco terminó con el novio (creo que por otra mujer involucrada) y no veo ningún interés de su parte, yo tampoco hago mayores movidas porque tengo casi la certeza de que cualquier iniciativa mía será rechazada (si le diera más detalles sabrá que ella parece interesarse por la ausencia). Me sigue gustando, lo admito, y sí, trato de salir con otras mujeres para no dejrla a ella con el poder de la única opción, estoy siendo cortés, le doy muy pequeñas dosis de atención y luego dosis de indiferencia, pero realmente no me gustaría dejar pasar una oportunidad. Saludos!!
Todo hombre que lo ha intentando, ha sido rechazado alguna vez por una mujer en sus pretensiones de conquistarla para hacer la suya a lo largo de su vida, unos con más suerte que otros, más veces de lo que realmente hubiera querido. Debido a que por lo general para todo tipo de hombre el rechazo es destructivo psicológicamente, porque provoca gran malestar, daño emocional, bajada de la autoestima que lo deja por los suelos en cada intento fallido. Es como si con el rechazo el hombre no valiera lo que realmente vale, ya que a nadie le gusta que le rechacen, no sólo sucede esto en el amor, sino en las relaciones sociales, familiares y laborales.
Muchas de las mujeres rechazan a sus pretendientes varones, simplemente para darse el gustazo de hacerlo, aun sabiendo que no tienen ninguna otra posibilidad de encontrar a otro hombre similar o peor, y a veces rechazan aunque les guste, y lo hacen para sentirse superiores a lo que realmente son, para sentirse engrandecidas, ilusionadas y halagadas en sus vulgares, miserables, rutinarias y mediocres vidas llenas de soledad, y de falta total de afectividad, sexo y amor. Es obvio que las mujeres son rechazas también, pero de otra manera, una vez conseguidas por el hombre.
Nunca debemos hipotecar nuestra autoestima por la valoración negativa, que siempre es subjetiva, que haga la persona que nos rechazó tanto en lo sentimental como en lo social. Y, en especial, debemos evitar rápidamente cualquier sentimiento de culpa por habernos rechazado, simplemente tenemos que pensar que quien nos desdeñó no supo o no pudo ver con claridad nuestra valía para no tenernos a su lado…
Es curioso lo paradójico de la gente que rechaza a quien les quiere porque al pretenderles es como si se desvalorizaran, y luego se pasan la vida detrás de quienes les rechazan e insisten cada vez más por haberles despreciado, algo totalmente absurdo. Es como si la insistencia proviniera del rechazo en parte.
Pero el hombre si es inteligente de verdad, no se siente rebajado ni acobardado por ello, al no le afectarle absolutamente ese díscolo comportamiento mujeril, y es que disfruta además al ser rechazado. Y no es porque sea masoquista, al contrario, utiliza el desdén femenino como un medio para superarse, para aprender y conocerse mejor a sí mismo, y para saber más profundamente la compleja, variable e imprevisible mentalidad femenina.
Este tipo de hombre coherente, sabe que lo que mata las posibilidades reales de conquistar y hacer suya a una mujer que le gusta, es su reacción intempestiva, desairada, brusca, grosera y agresiva al rechazo continuado… Es imprescindible pues para que el hombre no pierda el tiempo, y tenga unas posibilidades tangibles de éxito en la conquista, el saber que la mujer se siente atraída por aquel caballero que ella percibe como un premio que se merece para su vida, es decir, como alguien que supone una mejora ostensible a lo que realmente tiene, es y puede conseguir en su futuro. Y sabiendo este hecho que es completamente irrefutable y poniéndolo en practica, es entonces cuando el varón incrementa ostensiblemente sus posibilidades reales de tener alguna mujer a su lado que le guste.
Solamente el varón tiene que hacer de su vida como si fuera un premio para ser ganado o cobrado por una señora en algún momento de su vida, porque cada una de las mujeres opta a ganar un premio diferente, que le viene dado en función de su orígen, belleza, clase y posición. La diferencia es que el hombre ve a la mujer como una presa codiciada a cazar, y la mujer ve al hombre como un premio que se merece obtener…
Una cosa es cierta, el hombre es cazador por naturaleza y se aburre si la presa es fácil, le gusta pelear, y muchas mujeres confunden sexo por amor. Hoy es muy sencillo y me gusta que la cosa sea así, no es como antiguamente que se necesitaba hasta carabina para salir con alguien. Me explico, si te gusta una persona y si estás buscando pareja, pues entonces se corteja, pero si lo que se pretende es tener sexo, mejor ser directos y claros, y al ajo. No hay que perder el tiempo, ¿para qué? Lo que es absurdo es regalar el oído con palabras o hechos bonitos, cuando lo que se busca es tener sexo, porque no sólo de pajas vive el hombre ni la mujer…
Es evidente que en general las mujeres se relacionan por categorías con los hombres, porque jamás van con los que ven como inferiores a ellas, ya sea por condición de clase social, familiar o por tener una preparación menor, o por que no tengan el mismo o superior nivel económico… No sé cómo se puede discutir algo tan incuestionable como esto, seguro que habrá alguna lectora que lo niegue. Si son feas todo puede cambiar, no vale esta regala, claro, jajaja. Es cierto también que a partir de una edad las mujeres, por encima de los cincuenta y tantos, rebajan su nivel de exigencia para no verse solas, es decir rebajan su listón y pueden relacionarse con hombres inferiores, ya que lo que buscan más es una compañía buena y agradable para pasar la vida y poder compartir vivencias, porque hacerlo en soledad muchas veces no merece la pena… como viajar y asistir a espectáculos culturales y sociales o simplemente tener un ocio en común, pero lo que nunca van a hacer es meter al hombre en su casa.
El miedo en cualquiera de sus facetas, y también al rechazo, no suele ser real porque el único lugar donde puedes existir ese temor es en nuestros pensamientos, sobre todo miedo al futuro, porque es producto de nuestra imaginación, que hace que temamos cosas que ni existen en el presente y a lo mejor nunca existirán, y eso a veces casi roza la locura, aunque en algunos momentos el peligro es muy real pero tener miedo es una opción nuestra a elegir para evitar que nos paralice y no hagamos cosas, ni queramos conocer gente nueva para no ser rechazados otra vez, lo que interpretamos como una humillación.
La vida consiste en intentar hacer cosas, en conocer personas nuevas, y cuando lo hacemos, el rechazo siempre es una posibilidad… pero nunca debemos sentirnos fracasados por ello. Ser distinto a la mayoría de la gente, ya sea por ser alguien superior en lo intelectual o moral, o por ser diferente en tu forma de ser o de otra clase social, conduce al rechazo de la gente vulgar, incluso te rechazan aunque seas alguien famoso y admirado, así que nunca hay que ceder en ser como eres ante la marabunta del prejuicio y la estupidez. Entonces debes aceptar que el rechazo forma parte de la vida, y hay que reconocer que lo que realmente importa es encontrar la manera de recuperarte ante el rechazo continuado, e intentarlo de nuevo con más ganas e ilusión si cabe… nunca se debe cejar en el empeño.
El rechazo es una ocasión para mejorar, para darte cuenta de las cosas que debes cambiar de ti y que no ves, para conocerte mejor a ti mismo, por eso no siempre tiene que ser malo que te rechacen, y jamás tomárselo a pecho porque nunca hay que dar tanta importancia a la gente como para que te afecte negativamente lo que puedan pensar de ti…
ARTURO KORTAZAR AZPILIKUETA MARTIKORENA ©